jueves, 19 de enero de 2012

El 21º garmiano, traición en Teeser III

Después de pensarlo bien, por fin he conseguido crear un trasfondo inicial para el ejército de guardia imperial traidora que estoy haciendo, al menos la razón de su existencia y de las batallas que habrá contra Agast con sus tiránidos y Agus con sus orkos. Bueno, aquí lo dejo para que lo leais:

Iskar era un sargento del 21º garmiano del Martillo del Emperador destinados en Teeser III para la protección del casi pacífico planeta en cuestión. A cargo de su regimiento se encontraba el comandante Issar, un veterano con años de experiencia. Todo parecía discurrir bien hasta que llegó un aviso de alarma.
Habían divisado un pecio orko de pequeñas dimensiones y sin pensarlo fueron a destruir las tropas de orkos, pero resultaron ser más de lo que esperaban encontrar. Se reproducieron a un ritmo endiablado y sus compañeros empezaron a caer alarmantemente rápido.
La moral estaba baja tras las batallas infructíferas y cada vez se veían más impotentes y desanimados. Cuando creía que ya no valía la pena gastar el tiempo intentando luchar empezó a escuchar susurros en su cabeza. unas voces que lo animaban a seguir luchando mientras le prometían poder.
Parece que no fue el único en escuchar las promesas porque muchos empezaron a comportarse de manera cada vez mas extraña, hasta que una noche, mientras hacía guardia, se le acercó el comisario Filibius con una extraña mirada acompañada de una sonrisa desquiciada. En breve se sorprendió escuchándole hablar sobre poder, favores, riquezas... las voces lo habían conseguido convencer y ahora estaba reclutando a mas seguidores.
Iskar tenía una deuda hacia el Emperador, pero realmente estaba apunto de morir por él a manos de los orkos, así que el cálido abrazo de los poderes ruinosos era la única forma de sobrevivir.
Poco a poco el culto empezó a crecer, tanto que se empezaron a hacer investigaciones y a ejecutar a varios de ellos.
Un día ejecutaron al comisario Filibius y eso mino la moral de todo el culto, hasta esa misma tarde cuando salieron a batalla:
La lucha contra los orkos fue encarnizada y dura, pero extrañamente éso les daba mas fuerzas para seguir y por raro que parezca no murió ni uno solo de los integrantes del culto, los dioses del caos les habían dado poder, batalla y la vida para disfrutar de ello.
Pronto hubo una rebelión y comenzaron a pelear con sus antiguos compañeros.
Iskar había asumido el mando del ejército traidor sin que nadie hiciese nada por impedírselo, como si hubiese sido designado por algo mayor de lo que podían comprender. De momento estaba consiguiendo sangrientas victorias para sus nuevos dioses, pero había algo extraño en sus contrincantes; cada vez llegaban a la batalla mas asustados, desorganizados y menguados. Había una considerable falta de oficiales y eso les daba mas ventaja a ellos.
Iskar se adaptó rápidamente a su nuevo rango de comandante y tras cada muerte se veía más favorecido por el caos y crecían en él las ansias de destrucción, hasta que no quedó nadie para batallar. Ahora ellos eran el 21º garmiano.
Su nuevo objetivo eran los únicos habitantes del planeta, aunque en las profundidades de su mente algo le susurraba que no estaban solos con los orkos.



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